lunes, 17 de junio de 2013

..aquí está mi credo

Todo lo que necesito saber lo aprendí en el parvulario. La sabiduría no estaba en la cima de la montaña de los títulos académicos, sino en el montón de arena del patio.
Estas son las cosas que yo aprendí:
Compártelo todo.
Juega sin hacer trampas.
No pegues a la gente.
Vuelve a poner las cosas donde las encontraste.
Limpia tu propia suciedad.
No cojas lo que no es tuyo.
Di “lo siento” cuando hieras a alguien.
Lávate las manos antes de comer.
Tirar de la cadena.
Come galletitas y  leche caliente.
Vivir una vida equilibrada: aprender a pensar un poco, dibujar, pintar, bailar,cantar, jugar y trabajar algo todos los días.
Estar consciente de lo maravilloso. 
Acordarte de las pequeñas semillas en el botecito de plástico. Las raíces van para arriba y nadie sabe realmente ni cómo ni por qué, sin embargo, todos nosotros somos de esa manera.
 Los pececitos, los conejillos de india, los ratoncitos blancos e incluso las pequeñas semillas del botecito de plástico mueren lo mismo que nosotros.
Recuerda el primer libro de lectura, la primera palabra que aprendiste y la más grande de todas: MIRA!!
Cuando salgas al mundo, vigila el tráfico, agarrémonos de la mano y permanezcamos juntos.
Todo lo que necesitas saber está ahí, en alguna parte. 
Coge cualquiera de estas normas y ponla en los sofisticados términos de adultos. Aplícala a la vida, en tu familia o en tu trabajo, al gobierno o al mundo. Seguirán siendo verdaderas, claras y firmes.
Piensa que una sociedad mejor puede ser si todos nosotros, el mundo entero, tiene leche y galletas a las tres, todas las tardes y luego se echan la siesta con nosotros en las colchonetas. 
Comprobarás que continua siendo cierto, no importa cuál sea tu edad, que cuando sales al mundo, lo mejor es darse la mano y permanecer juntos.

Robert Fulghum

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