miércoles, 10 de diciembre de 2025

MI PEQUEÑO GRAN MANUEL

 Hacía tiempo que no escribía en el blog de Manuel. Lo había dejado reposar por falta de tiempo, pero si estas líneas pueden ayudar a otras familias a enfrentar situaciones similares, entonces vale la pena retomarlas, aunque los que nos seguis en otras redes, estais viendo el crecimiento de Manu.




Manuel es un chico verdaderamente maravilloso. Su bondad y su amabilidad se perciben en cada gesto, en cada sonrisa que regala sin esfuerzo. Tiene un carácter risueño que ilumina los días de quienes lo rodean y una ternura que contagia. Su capacidad para sorprender, para hacer sentir bien a los demás y para afrontar la vida con alegría, incluso en momentos difíciles, lo convierte en alguien excepcional. 





Durante años, Manuel ha sido víctima de burlas, desprecios y humillaciones por parte de varios compañeros. Hemos confiado en el colegio, en las explicaciones de los profesores y en los protocolos que nos ofrecían, pero la realidad es que los hechos se han prolongado demasiado tiempo sin recibir la protección adecuadaQuien observa y calla también tiene responsabilidad, porque su silencio contribuye a que el daño continúe.

"Como madre que conoces bien a tu hijo y ya que dentro de poco estará en otros entornos, deberías fomentarle más que cuente lo que le sucede en el momento. Tal vez esto sea parte del problema"

Con estas palabras, más que ayudar, nos están trasladando la culpa a los padres, como si el acoso sufrido por Manuel fuera resposabilidad nuestra y no del colegio que debería protegerlo.

Desde que Manuel dejó de asistir al instituto, su transformación ha sido evidente. Lo que antes era un niño apagado, ansioso y abatido, se ha convertido en un joven seguro, pleno y con un ánimo revitalizado. Este cambio nos recuerda la importancia de garantizar entornos seguros y respetuosos para el desarrollo emocional de los hijos.




A las familias que estén pasando por algo parecido: desde el primer signo de incomodidad, tristeza o miedo en vuestros hijos, no permitáis que se normalice la falta de respeto. Documentad, preguntad, exigid y actuad cuanto antes. No dejéis que nadie os convenza con frases como “es todo normal” o “cosas de niños”. Nosotros dejamos pasar demasiado tiempo y siempre creímos lo que nos decía el centro, y ahora sabemos que eso solo retrasa la protección necesaria.

No escribo esto para atacar a nadie, pero si te sientes aludida/o asumelo como tu  problema. Cada persona cargará con su propia conciencia. Pero sí quiero dejar claro que la vida suele ajustar cuentas a quienes hieren a otros. Y en este camino, he aprendido a valorar aún más a Manuel: su ternura, su inteligencia, su resiliencia y su capacidad de brillar incluso en momentos difíciles me llenan de orgullo. Hay quienes quizá envidiarían tener un hijo como él, con su fuerza y su autenticidad, aunque no lo reconozcan abiertamente.

Espero que estas palabras sirvan como apoyo y ejemplo. Proteger a un hijo no es un acto de egoísmo, sino de justicia, amor y responsabilidad. Y Manuel me recuerda cada día que, con respeto, cariño y firmeza, se puede acompañar a un niño para que sea feliz, pleno y auténtico.


Y a vosotros, a todos nuestros seguidores, gracias de corazón por acompañarnos desde el primer día que empezamos a escribir y conocisteis a Manuel, Vuestro cariño significa mas de lo que las palabras puedan expresar. 💗